Comentario y reflexión:
Con ímpetu juvenil Eliú castiga fuertemente a Job con sus palabras. Indirectamente lo llama bruto, necio, dice que habla sin sentido, que habla como los malos, que es rebelde, soberbio y que habla en contra de Dios. No le da ningún espacio a Job para que se lamente por su sufrimiento, no hay palabras de compasión. De hecho, siendo que sus pecados no son obvios, llama a una investigación.
Todo porque Job no está de acuerdo con su teología.
Eliú pone palabras en la boca de Job, de hecho, lo calumnia. Job dijo que no creía merecer las desgracias que le habían venido, pero no se llamó a si mismo justo. Dijo,
Respondió Job y dijo:
2 «Ciertamente yo sé que esto es así:
¿Cómo se justificará el hombre delante de Dios?
15 Aunque yo fuera justo, no podría responderle;
sólo puedo rogarle, a él que es mi juez. Job 9:2,15
“El horror de Eliú frente a Job llega al máximo. No puede imaginarse que alguien piense que el favor divino no resulte automáticamente del servicio fiel; pero, al citar a Job, lo tergiversa, como en muchas otras afirmaciones (cf. caps. 17: 9; 21: 9; 28: 28). Job nunca dijo que no había recompensa para el bien hacer, aunque insistió en que los justos no siempre disfrutan de bendición y que los impíos no siempre reciben una retribución inmediata.” CBA
La discusión es más doctrinal que personal. La discusión es sobre la causa del sufrimiento. La defensa de Job parece contradecir la doctrina de Eliu y de sus amigos y por eso pasan por alto su sufrimiento para discutir con él, por eso lo condenan y le hablan fuerte. Esto es insensible y necio.
Es como si alguien se está ahogando, muriendo de cáncer por haber fumado toda la vida y vamos a visitarlo para señalar lo mal que ha hecho. Tener el espíritu de Cristo en nosotros es más importante que tener razón o que ganar una discusión.
Eliú muestra características típicas del ser humano, la soberbia, ceguera espiritual. ¿Y qué tal de ti y de mi hoy? ¿Será que ya entiendo todo lo que es posible entender en cuanto a Su Palabra, en cuanto a Su voluntad, en cuanto el evangelio, y en cuanto lo que el Espíritu Santo quiere comunicarme? ¿O será que todavía hay espacio para escuchar y aprender? ¿Cómo puedo evitar cometer el mismo error? ¿Cómo debo relacionarme con el sufrimiento ajeno? ¿Cuáles deben ser mis palabras?
Te dejo esta mañana con las hermosas y ciertas palabras de este poema de Amado Nervo,
Comprensión
«Porque empeñarse en saber
cuando es tan fácil amar?
Dios no te manda entender:
No pretende que su mar sin playas
pueda caber en tu mínimo pensar.
Dios solo te pide amor
dale todo el tuyo y más
siempre más, con más ardor
con más ímpetu y verás
con amándole mejor,
mejor le comprenderás.»
Dios te conceda un día sumamente bendecido
Pastor Abel Paulin